Hollywood prepara una película sobre la vida y muerte de Osama bin Laden. No podía ser menos. No falta mucho para que la historia se estudie en el cine y no en los libros. Y si ya estos pueden ser subjetivos (porque en muchos casos cuentan solo una versión de los hechos, normalmente la del bando ganador), no digamos la deformación que puede generarse del paso de realidad a celuloide.
¿O quizás no tanta? Porque más importante (en la práctica) que la realidad es la percepción que la gente tiene de ella. Y parece que últimamente la realidad se ha transformado en una película. Estados Unidos es el ejemplo perfecto (con razón mucha gente cuando viaja allí afirma sentirse como en un decorado de cine). Hace menos de una semana la población clamaba contra Obama, reclamando más reformas sociales, criticando las ya existentes y, sobre todo, criticando la crisis económica que vive el país y, por supuesto, el paro que esto genera. Pero una noche, en cuestión de minutos, los alrededores de la Casa Blanca se llenaron de gente que celebraba una muerte (¿un asesinato? Habrá un transfondo y un contexto, pero el nombre técnico es asesinato) como una victoria deportiva, haciendo ondear banderas, llenando el cielo de barras y estrellas y coreando sin parar “USA, USA!”. Pocas horas después, los índices de popularidad de Obama crecieron nueve puntos (pasando del 47% al 56%), un dato muy significativo teniendo en cuenta que el motivo es una sola acción. Atrás quedan el resto de problemas que le hicieron bajar en las encuestas. Muy bien, pero ahora a mantenerse. Y a poder ser, no de la misma forma. En cualquier caso, todo lo que sube baja, y el más mínimo error volverá a quitarle puntos. No es habitual recuperar popularidad tan pronto y de golpe, esta ha sido una situación excepcional que no dice demasiado a favor de los ciudadanos.
La sociedad ha hablado, han dejado claro que quiere actuaciones de película...de acción en este caso. Igual que los finales de películas de amor, como la boda del príncipe Guillermo, esto es loq ue vende.
Hay un grupo de facebook llamado “A prince gets married, the bad guy is dead. It's a real Disney weekend” (“Un príncipe se casa, el chico malo está muerto. Es un verdadero fin de semana Disney”)
¿Pero de verdad queremos vivir (o creer que vivimos) en el mundo Disney?
No hay comentarios:
Publicar un comentario