Tendemos a considerar los cómics y películas de superhéroes como puro entretenimiento. Unos tíos que
pueden volar o son muy fuertes o tienen algún accesorio mágico y
salvan el mundo. Pero son algo más, son mitología moderna. Y todo
mito está basado en la psicología humana de alguna forma aunque
luego se le añada la capa fantástica. Los protagonistas de estas
historias tienen un lado humano difícil de separar del “mágico”,
ya que a la hora de tomar decisiones es el cerebro y no el superpoder
el que elige. Esto pasa en la vida real cada día: la gente con poder
(sin “súper”) tiene un peso específico sobre cómo gira el
mundo: no se trata de salvarlo, sino de no destruírlo. Y sí, los
ciudadanos dependen de muchos no-siempre-héroes. Como se dijo a
Spiderman (que no será analizado en esta tanda), “un gran poder
conlleva una gran responsabilidad”...
No es casual que esa frase estuviese incluida en el último
discurso que dio Roosvelt antes de fallecer:
"Hoy hemos aprendido en la
agonía de la guerra que un gran poder conlleva una gran
responsabilidad. Ya no podemos escapar de las
consecuencias de la agresión alemana y japonesa del mismo modo que
podríamos evitar las consecuencias de los ataques de los corsarios
berberiscos un siglo y medio antes.
Nosotros, como estadounidenses, no
elegimos negar nuestra responsabilidad."
Puede que necesitemos estos mitos
modernos (comparados con los clásicos) para que no se nos olvide la
lección.
NOTA: los personajes y acciones
analizados son algunos de los de la saga cinematográfica de MARVEL;
estos están, obviamente, muy fundamentados en los cómics pero aquí
me centraré específicamente en los sucesos que se ven en las
películas. Queda fuera de esta entrada el villano, Loki, el cual, por su complejidad, será descrito en la próxima.
Iron Man
“No
tengo madera de héroe, claramente. Tengo una larga lista de defectos
y he cometido errores... muchos en público”
La
historia de Tony Stark es la historia de una redención...parcial. El
“genio,
millonario, playboy y filántropo”
(según su propia descripción) probó su propia medicina; fue una de
sus armas la que le hirió en una emboscada cuando se hallaba en una
misión en Afganistán demostrando cómo funcionaba su nuevo misil.
Los fragmentos de metralla amenazaban con llegar a su corazón y fue
necesario un electroimán construído por su compañero en el
cautiverio para evitar su muerte. Sin embargo, lo que no nos mata nos
hace más fuertes: lo que no mató a Stark lo hizo de hierro (en
realidad de una aleación de oro y titanio pero el la imagen de
“hombre de hierro” resultaba más evocativa, tal como él mismo
expresaba, otorgándole una imagen de marca que vende mucho
mediáticamente). La armadura fue construída para escapar del
secuestro siendo la fuente de energía el electroimán que protegía
su corazón. Una vez libre (aunque perdiendo a su compañero), Tony
decide no seguir fabricando armas y poco a poco empieza a
concienciarse de que con su “poder” puede proteger al mundo...de
esas armas que él vendió. Estaríamos ante un caso típico de crear
problemas para crear soluciones, pero involuntariamente. La redención
pasa por salvar a los demás de las consecuencias de sus propios
actos pasados, los cuales, no obstante, justifica escudándose en que
el mundo precisa de material bélico (“cuando
no sean necesarias haré ladrillos para hospitales”).
Su
singularidad se basa en que en ningún momento niega los errores que
ha cometido, ni siquiera oculta su identidad, algo muy peculiar ya
que la mayoría de los súperhéroes lo hace. Sus declaraciones a los
medios son algo excepcional y su forma de comunicar es directa y
personal, lo cual lo diferencia de los héroes anónimos. Pero en su
sinceridad y actitud abierta tienen gran peso el ego de Stark (que no
querría de ninguna forma vivir en el anonimato), ese mismo que
aparentemente le imposibilita para trabajar en equipo, por eso se le
apartó en un principio de la “Iniciativa Vengadores”:
Sin
embargo, como podemos ver en Los
Vengadores,
finalmente sí forma parte del grupo y, pese a problemas iniciales,
demuestra que sí tiene capacidad de colaboración y puede ser una
pieza importante en el equipo (aunque, tal como explica Robert Downey
Jr., Tony disfruta más cuando él es el centro de atención). No
obstante, seguirá cometiendo errores, a veces causados por su exceso
de confianza y mantiene una relación compleja con su alter-ego, como
si su yo público y su yo privado entrasen en conflicto al
relacionarse con el mundo. Y en el punto en el que han dejado la
historia, parece que Stark comienza una nueva etapa de aceptación:
“Mi
armadura no era un pasatiempo o una distracción. Era un capullo. Y
ahora soy un hombre nuevo. Podrán arrebatarme mi casa, mis trucos y
juguetes pero no me quitarán lo que soy. Yo soy Iron Man.”
Capitán
América
Sé
que estoy pidiendo mucho. Pero el precio de la libertad es alto.
Siempre lo ha sido. Y es un precio que estoy dispuesto a pagar. Y si
soy el único, entonces que así sea. Pero estoy dispuesto a apostar
que no lo seré”
“Un
símbolo para la nación, un héroe para el mundo”. Steve Rogers es
propaganda bélica y patriótica en estado puro. Pese a ser un
soldado (literalmente creado a medida) que llevó a cambo operaciones
contra los nazis en la Segunda Guerra Mundial, antes de ir a Europa
había estado de “gira” por Estados Unidos como personalización
de los valores americanos, a fin de fomentar la compra de bonos para
financiar la guerra. Tras completar varias misiones el Capitán
“duerme” durante setenta años tras haberse congelado en el mar
al evitar la destrucción de Nueva York, lo cual eleva su fama a la
categoría de mito (ya en su tiempo era una leyenda viva, imagen del
patriotismo y la lucha de los valientes soldados americanos contra el
mal encarnado por los nazis alemanes, los villanos perfectos). Tal
como expresa su reclutador, el Coronel Phillips, "las guerras
se disputan con armas, pero se ganan con hombres". En este
caso nos encontramos con un hombre que encarna los valores
americanos, resultando en realidad más útil como producto que como
soldado.
En
su segunda etapa, desarrollada en la actualidad, como explica el
actor Chris Evans, Rogers se siente aislado, habiéndose encontrado
con un mundo que no comprende, que ha perdido los valores con los que
él creció y sabiendo que probablemente todos sus conocidos han
fallecido o tienen más de ochenta años. No obstante, Estados Unidos
le necesita, aunque él se vea como un arquetipo desfasado. El agente
de SHIELD, Phil Coulson, le explica que en tiempo de guerra, la
población necesita un modelo “anticuado”, haciéndose así una
nueva llamada al patriotismo personalizado. La leyenda le precede,
pero es cierto que Steve posee un sentido del deber y la justicia
destacable, capacidad de liderazgo y espíritu de sacrificio (su
génesis se basa en ello, ya que se sometió al experimento que le
convirtió en Capitán América sin saber realmente cuáles serían
sus efectos y consciente de que conllevaba riesgos), valores que se
pretenden fomentar en los ciudadanos de ambas épocas, lo cual
convierte a Rogers en el modelo a seguir, trasladándose así el
mensaje de que todos pueden ser héroes si se comportan como tales.
Hulk
“Pueden
llamarte lo que quieran. Salvador. Destructor. Lo único que importa
es lo que eliges”
Bruce
Banner vive en una guerra constante consigo mismo. Debido a un
accidente por radiacción gamma, solo hace falta una perturbación en
su ánimo para convertirle en Hulk, un enorme monstruo verde de
fuerza desmesurada capaz de destrozar una ciudad con un par de
pisadas. Banner es consciente de que supone un peligro para la
humanidad y trata constantemente de librarse de la parte monstruosa
de su ser, aislándose en distintos lugares, tratando de eliminar el
estrés, trabajando técnicas de relajación... Incluso en un momento
de desesperación decide suicidarse, pero Hulk aparece y escupe la
bala que Bruce se había disparado. No hay manera de librarse de
él...de sí mismo.
Pero
Hulk no solo habita en su cuerpo, sino también en su mente. Puede
ser un enemigo...o su mejor arma. Es una cuestión de decisiones.
Mark Ruffalo, que interpreta a Banner / Hulk en Los Vengadores,
explica que el científico había decidido aislarse y no le gusta
volver a la escena en un principio, pero resulta que al final el
monstruo no es tan irracional; Banner aprende a controlarlo, a
convertirse en él a voluntad y utilizar su fuerza para salvar al
mundo y no para destruirlo. No obstante, esto requiere una voluntad y
un temple que no todo el mundo posee. Como sabemos, el poder
corrompe. Poder y fuerza prácticamente ilimitados pueden ser la
perdición de una persona y del mundo que la rodea. El poder político
es muy fácilmente relacionable (no hace falta ser un gigante verde
para destruir la vida en una ciudad, de una forma metafórica), ser
consciente de las posibilidades implica buscar un fin para ellas y
sin autocontrol, todo el mundo es un monstruo en su campo. Mucha
gente tiene el potencial de cambiar el mundo, es su decisión si
mejorarlo o empeorarlo.
La
Viuda Negra
“Mis
cuentas estan en rojo, y quiero saldar mi deuda”
La
vida de Natasha Romanoff también es otra historia de redención. La
espía y asesina soviética se convierte en el blanco de
S.H.I.E.L.D., quiénes envían a Clint Barton (Ojo de Halcón) a
matarla. Sin embargo, finalmente él le perdona la vida y Natasha
comienza a trabajar para la organización.
Al
igual que Stark y Hulk, ella pone sus habilidades (es experta en
artes marciales y muy eficaz realizando interrogatorios) al servicio
del bien con la intención de redimirse y pagar su “deuda” con
Barton. No obstante, tal como señala Loki, eso será prácticamente
imposible... La Viuda Negra tiene un gran historial de destrucción
y, según Scarlett Johansson, una relación de amor-odio con
prácticamente toda la gente a quién conoce. Pero ¿no es acaso
posible lavar la imagen pública de alguien? Requiere tiempo y una
gran cantidad de “buenas obras” que contrarresten los errores,
pudiéndose acelerar el proceso conforme la magnitud de las acciones;
salvar Nueva York de un ataque terrorista / extraterrestre ayuda
bastante pero no todo el mundo puede hacer eso una mañana
cualquiera... Una verdadera campaña para mejorar la percepción que
se genera en la opinión pública necesitará mucha planificación y
paciencia, pero por suerte no se suelen arriesgar vidas en ello.
Ojo
de Halcón
“¿Alguna
vez te han robado el cerebro y han jugado con el?... ¿te han sacado
a ti y han metido otra cosa?”
Clint
Barton es un arquero entrenado en tácticas militares. No posee
superpoderes pero es un gran tirador y un luchador muy ágil. Sin
embargo, pese a su buen estado físico, es su mente la que le juega
una mala pasada, ya que es hipnotizado por Loki y pasa un tiempo a su
servicio, luchando contra su propia organización (S.H.I.E.L.D) y
ayudando al villano en sus planes. Cuando Natasha lo “despierta”,
dedica todas sus energias a reparar el daño causado y a derrotar a
Loki y su ejército. Nos encontramos ante un nuevo caso de redención
y compensación de daños, si bien Ojo de Halcón no cometió sus
errores conscientemente, el daño fue real y debe ser neutralizado.
El factor del arrepentimiento es muy grande en el caso de Barton
(mayor que el de Tony Stark, por ejemplo, que parcialmente seguía
justificando sus acciones) y su sentido del deber y la justicia le
impide buscar excusas (su caso está más que justificado, tal como
explica su intérprete, Jeremy Renner, barton estaba “vacío”, no
era conciente de sí mismo en realidad): asume sus errores y procede
a repararlos con todo su potencial sin derrochar energías en
pretextos y evasivas.
Thor
Odinson
“No
habrá un reino que proteger, si tienes miedo de actuar”
Thor
es un dios y príncipe de Argard, el reino de Odín. Fue desterrado a
la Tierra (Midgard) durante un tiempo para castigarle por su
temeridad, ya que había resucitado una vieja guerra contra un reino
vecino. Y es que toda su fuerza (y el poder de su martillo) los
emplea en un principio para intentar ser un héroe de guerra como lo
fuera su padre y habla constantemente de los monstruos que matará
(los Gigantes de Hielo). Su atrevimiento le cuesta caro (cosa de la
que se aprovecha silenciosamente su hermano adoptivo Loki, el cual es
en realidad un Gigante de Hielo al que Odín rescató cuando era un
bebé y criado como asgardiano). Pero el “niño petulante” como
lo describe Chris Hemsworth, quién lo interpreta en toda la saga,
acaba madurando. Thor aprende a ser humilde y a saber administrar su
fuerza, a convertirse en un guerrero y protector y no basarse
simplemente en la fuerza bruta. La historia real está llena de
“héroes” que arriesgaron la vida de su población por hacer una
demostración de poder por medio de la guerra. Thor es un reflejo del
peligro de la ambición y la obsesión por mostrar superioridad
(militarmente). Puede que las películas y los cómics sean ficción
pero el alto precio de las imprudencias llevados a los extremos en
forma de guerra como medio de declaración de superioridad es muy,
muy real, desde el inicio de los tiempos y hasta nuestros días.
Queda
claro que no es fácil ser héroe y que en la mayoría de los casos
solo se llega a ello habiendo cometido errores; nadie exige que no
haya equivocaciones (si se les perdonan a los superhéroes, ¿cómo
se se le van a admitir a los mortales?), la cuestión es saber
repararlos. Natasha Romanoff lo expresó claramente ante la amenaza
de encarcelarlos: “nos necesitan. Sí, el mundo es un lugar
vulnerable y sí, nosotros ayudamos a ello, pero también somos los
más cualificados para defenderlo”. Y así es también en la vida
real. No pedimos que alguien con una armadura o un escudo “mágico”
nos salve, ni tememos que un monstruo verde arrase nuestra ciudad. Si
los problemas son terrenales, las soluciones también lo serán,
razón suficiente como para llevarlas a cabo y no destruir el mundo
desde un despacho. El poder no trae la responsabilidad de regalo pero
si bien este poder no es un derecho, el utilizarlo a favor de los
ciudadanos sí es un deber. Y quién agarra este martillo debe ser
digno de él.
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