lunes, 1 de septiembre de 2014

De poder y (super)poderes


Tendemos a considerar los cómics y películas de superhéroes como puro entretenimiento. Unos tíos que pueden volar o son muy fuertes o tienen algún accesorio mágico y salvan el mundo. Pero son algo más, son mitología moderna. Y todo mito está basado en la psicología humana de alguna forma aunque luego se le añada la capa fantástica. Los protagonistas de estas historias tienen un lado humano difícil de separar del “mágico”, ya que a la hora de tomar decisiones es el cerebro y no el superpoder el que elige. Esto pasa en la vida real cada día: la gente con poder (sin “súper”) tiene un peso específico sobre cómo gira el mundo: no se trata de salvarlo, sino de no destruírlo. Y sí, los ciudadanos dependen de muchos no-siempre-héroes. Como se dijo a Spiderman (que no será analizado en esta tanda), “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”... No es casual que esa frase estuviese incluida en el último discurso que dio Roosvelt antes de fallecer:

"Hoy hemos aprendido en la agonía de la guerra que un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Ya no podemos escapar de las consecuencias de la agresión alemana y japonesa del mismo modo que podríamos evitar las consecuencias de los ataques de los corsarios berberiscos un siglo y medio antes.

Nosotros, como estadounidenses, no elegimos negar nuestra responsabilidad."

Puede que necesitemos estos mitos modernos (comparados con los clásicos) para que no se nos olvide la lección.



NOTA: los personajes y acciones analizados son algunos de los de la saga cinematográfica de MARVEL; estos están, obviamente, muy fundamentados en los cómics pero aquí me centraré específicamente en los sucesos que se ven en las películas. Queda fuera de esta entrada el villano, Loki, el cual, por su complejidad, será descrito en la próxima.


Iron Man




No tengo madera de héroe, claramente. Tengo una larga lista de defectos y he cometido errores... muchos en público”

La historia de Tony Stark es la historia de una redención...parcial. El “genio, millonario, playboy y filántropo” (según su propia descripción) probó su propia medicina; fue una de sus armas la que le hirió en una emboscada cuando se hallaba en una misión en Afganistán demostrando cómo funcionaba su nuevo misil. Los fragmentos de metralla amenazaban con llegar a su corazón y fue necesario un electroimán construído por su compañero en el cautiverio para evitar su muerte. Sin embargo, lo que no nos mata nos hace más fuertes: lo que no mató a Stark lo hizo de hierro (en realidad de una aleación de oro y titanio pero el la imagen de “hombre de hierro” resultaba más evocativa, tal como él mismo expresaba, otorgándole una imagen de marca que vende mucho mediáticamente). La armadura fue construída para escapar del secuestro siendo la fuente de energía el electroimán que protegía su corazón. Una vez libre (aunque perdiendo a su compañero), Tony decide no seguir fabricando armas y poco a poco empieza a concienciarse de que con su “poder” puede proteger al mundo...de esas armas que él vendió. Estaríamos ante un caso típico de crear problemas para crear soluciones, pero involuntariamente. La redención pasa por salvar a los demás de las consecuencias de sus propios actos pasados, los cuales, no obstante, justifica escudándose en que el mundo precisa de material bélico (“cuando no sean necesarias haré ladrillos para hospitales”).
Su singularidad se basa en que en ningún momento niega los errores que ha cometido, ni siquiera oculta su identidad, algo muy peculiar ya que la mayoría de los súperhéroes lo hace. Sus declaraciones a los medios son algo excepcional y su forma de comunicar es directa y personal, lo cual lo diferencia de los héroes anónimos. Pero en su sinceridad y actitud abierta tienen gran peso el ego de Stark (que no querría de ninguna forma vivir en el anonimato), ese mismo que aparentemente le imposibilita para trabajar en equipo, por eso se le apartó en un principio de la “Iniciativa Vengadores”:


Sin embargo, como podemos ver en Los Vengadores, finalmente sí forma parte del grupo y, pese a problemas iniciales, demuestra que sí tiene capacidad de colaboración y puede ser una pieza importante en el equipo (aunque, tal como explica Robert Downey Jr., Tony disfruta más cuando él es el centro de atención). No obstante, seguirá cometiendo errores, a veces causados por su exceso de confianza y mantiene una relación compleja con su alter-ego, como si su yo público y su yo privado entrasen en conflicto al relacionarse con el mundo. Y en el punto en el que han dejado la historia, parece que Stark comienza una nueva etapa de aceptación: “Mi armadura no era un pasatiempo o una distracción. Era un capullo. Y ahora soy un hombre nuevo. Podrán arrebatarme mi casa, mis trucos y juguetes pero no me quitarán lo que soy. Yo soy Iron Man.”


Capitán América

Sé que estoy pidiendo mucho. Pero el precio de la libertad es alto. Siempre lo ha sido. Y es un precio que estoy dispuesto a pagar. Y si soy el único, entonces que así sea. Pero estoy dispuesto a apostar que no lo seré”



Un símbolo para la nación, un héroe para el mundo”. Steve Rogers es propaganda bélica y patriótica en estado puro. Pese a ser un soldado (literalmente creado a medida) que llevó a cambo operaciones contra los nazis en la Segunda Guerra Mundial, antes de ir a Europa había estado de “gira” por Estados Unidos como personalización de los valores americanos, a fin de fomentar la compra de bonos para financiar la guerra. Tras completar varias misiones el Capitán “duerme” durante setenta años tras haberse congelado en el mar al evitar la destrucción de Nueva York, lo cual eleva su fama a la categoría de mito (ya en su tiempo era una leyenda viva, imagen del patriotismo y la lucha de los valientes soldados americanos contra el mal encarnado por los nazis alemanes, los villanos perfectos). Tal como expresa su reclutador, el Coronel Phillips, "las guerras se disputan con armas, pero se ganan con hombres". En este caso nos encontramos con un hombre que encarna los valores americanos, resultando en realidad más útil como producto que como soldado.



En su segunda etapa, desarrollada en la actualidad, como explica el actor Chris Evans, Rogers se siente aislado, habiéndose encontrado con un mundo que no comprende, que ha perdido los valores con los que él creció y sabiendo que probablemente todos sus conocidos han fallecido o tienen más de ochenta años. No obstante, Estados Unidos le necesita, aunque él se vea como un arquetipo desfasado. El agente de SHIELD, Phil Coulson, le explica que en tiempo de guerra, la población necesita un modelo “anticuado”, haciéndose así una nueva llamada al patriotismo personalizado. La leyenda le precede, pero es cierto que Steve posee un sentido del deber y la justicia destacable, capacidad de liderazgo y espíritu de sacrificio (su génesis se basa en ello, ya que se sometió al experimento que le convirtió en Capitán América sin saber realmente cuáles serían sus efectos y consciente de que conllevaba riesgos), valores que se pretenden fomentar en los ciudadanos de ambas épocas, lo cual convierte a Rogers en el modelo a seguir, trasladándose así el mensaje de que todos pueden ser héroes si se comportan como tales.

Hulk

Pueden llamarte lo que quieran. Salvador. Destructor. Lo único que importa es lo que eliges”


Bruce Banner vive en una guerra constante consigo mismo. Debido a un accidente por radiacción gamma, solo hace falta una perturbación en su ánimo para convertirle en Hulk, un enorme monstruo verde de fuerza desmesurada capaz de destrozar una ciudad con un par de pisadas. Banner es consciente de que supone un peligro para la humanidad y trata constantemente de librarse de la parte monstruosa de su ser, aislándose en distintos lugares, tratando de eliminar el estrés, trabajando técnicas de relajación... Incluso en un momento de desesperación decide suicidarse, pero Hulk aparece y escupe la bala que Bruce se había disparado. No hay manera de librarse de él...de sí mismo.



Pero Hulk no solo habita en su cuerpo, sino también en su mente. Puede ser un enemigo...o su mejor arma. Es una cuestión de decisiones. Mark Ruffalo, que interpreta a Banner / Hulk en Los Vengadores, explica que el científico había decidido aislarse y no le gusta volver a la escena en un principio, pero resulta que al final el monstruo no es tan irracional; Banner aprende a controlarlo, a convertirse en él a voluntad y utilizar su fuerza para salvar al mundo y no para destruirlo. No obstante, esto requiere una voluntad y un temple que no todo el mundo posee. Como sabemos, el poder corrompe. Poder y fuerza prácticamente ilimitados pueden ser la perdición de una persona y del mundo que la rodea. El poder político es muy fácilmente relacionable (no hace falta ser un gigante verde para destruir la vida en una ciudad, de una forma metafórica), ser consciente de las posibilidades implica buscar un fin para ellas y sin autocontrol, todo el mundo es un monstruo en su campo. Mucha gente tiene el potencial de cambiar el mundo, es su decisión si mejorarlo o empeorarlo.


La Viuda Negra

Mis cuentas estan en rojo, y quiero saldar mi deuda”


La vida de Natasha Romanoff también es otra historia de redención. La espía y asesina soviética se convierte en el blanco de S.H.I.E.L.D., quiénes envían a Clint Barton (Ojo de Halcón) a matarla. Sin embargo, finalmente él le perdona la vida y Natasha comienza a trabajar para la organización.
Al igual que Stark y Hulk, ella pone sus habilidades (es experta en artes marciales y muy eficaz realizando interrogatorios) al servicio del bien con la intención de redimirse y pagar su “deuda” con Barton. No obstante, tal como señala Loki, eso será prácticamente imposible... La Viuda Negra tiene un gran historial de destrucción y, según Scarlett Johansson, una relación de amor-odio con prácticamente toda la gente a quién conoce. Pero ¿no es acaso posible lavar la imagen pública de alguien? Requiere tiempo y una gran cantidad de “buenas obras” que contrarresten los errores, pudiéndose acelerar el proceso conforme la magnitud de las acciones; salvar Nueva York de un ataque terrorista / extraterrestre ayuda bastante pero no todo el mundo puede hacer eso una mañana cualquiera... Una verdadera campaña para mejorar la percepción que se genera en la opinión pública necesitará mucha planificación y paciencia, pero por suerte no se suelen arriesgar vidas en ello.


Ojo de Halcón

¿Alguna vez te han robado el cerebro y han jugado con el?... ¿te han sacado a ti y han metido otra cosa?”


Clint Barton es un arquero entrenado en tácticas militares. No posee superpoderes pero es un gran tirador y un luchador muy ágil. Sin embargo, pese a su buen estado físico, es su mente la que le juega una mala pasada, ya que es hipnotizado por Loki y pasa un tiempo a su servicio, luchando contra su propia organización (S.H.I.E.L.D) y ayudando al villano en sus planes. Cuando Natasha lo “despierta”, dedica todas sus energias a reparar el daño causado y a derrotar a Loki y su ejército. Nos encontramos ante un nuevo caso de redención y compensación de daños, si bien Ojo de Halcón no cometió sus errores conscientemente, el daño fue real y debe ser neutralizado. El factor del arrepentimiento es muy grande en el caso de Barton (mayor que el de Tony Stark, por ejemplo, que parcialmente seguía justificando sus acciones) y su sentido del deber y la justicia le impide buscar excusas (su caso está más que justificado, tal como explica su intérprete, Jeremy Renner, barton estaba “vacío”, no era conciente de sí mismo en realidad): asume sus errores y procede a repararlos con todo su potencial sin derrochar energías en pretextos y evasivas.


Thor Odinson

No habrá un reino que proteger, si tienes miedo de actuar”



Thor es un dios y príncipe de Argard, el reino de Odín. Fue desterrado a la Tierra (Midgard) durante un tiempo para castigarle por su temeridad, ya que había resucitado una vieja guerra contra un reino vecino. Y es que toda su fuerza (y el poder de su martillo) los emplea en un principio para intentar ser un héroe de guerra como lo fuera su padre y habla constantemente de los monstruos que matará (los Gigantes de Hielo). Su atrevimiento le cuesta caro (cosa de la que se aprovecha silenciosamente su hermano adoptivo Loki, el cual es en realidad un Gigante de Hielo al que Odín rescató cuando era un bebé y criado como asgardiano). Pero el “niño petulante” como lo describe Chris Hemsworth, quién lo interpreta en toda la saga, acaba madurando. Thor aprende a ser humilde y a saber administrar su fuerza, a convertirse en un guerrero y protector y no basarse simplemente en la fuerza bruta. La historia real está llena de “héroes” que arriesgaron la vida de su población por hacer una demostración de poder por medio de la guerra. Thor es un reflejo del peligro de la ambición y la obsesión por mostrar superioridad (militarmente). Puede que las películas y los cómics sean ficción pero el alto precio de las imprudencias llevados a los extremos en forma de guerra como medio de declaración de superioridad es muy, muy real, desde el inicio de los tiempos y hasta nuestros días.


Queda claro que no es fácil ser héroe y que en la mayoría de los casos solo se llega a ello habiendo cometido errores; nadie exige que no haya equivocaciones (si se les perdonan a los superhéroes, ¿cómo se se le van a admitir a los mortales?), la cuestión es saber repararlos. Natasha Romanoff lo expresó claramente ante la amenaza de encarcelarlos: “nos necesitan. Sí, el mundo es un lugar vulnerable y sí, nosotros ayudamos a ello, pero también somos los más cualificados para defenderlo”. Y así es también en la vida real. No pedimos que alguien con una armadura o un escudo “mágico” nos salve, ni tememos que un monstruo verde arrase nuestra ciudad. Si los problemas son terrenales, las soluciones también lo serán, razón suficiente como para llevarlas a cabo y no destruir el mundo desde un despacho. El poder no trae la responsabilidad de regalo pero si bien este poder no es un derecho, el utilizarlo a favor de los ciudadanos sí es un deber. Y quién agarra este martillo debe ser digno de él.


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