miércoles, 10 de septiembre de 2014

Loki: el dictador que quiso ser líder



"Todo villano es un héroe en su propia mente". Esta afirmación de Tom Hiddleston, el actor que interpreta a Loki, define perfectamente la psique del villano de las dos películas de Thor y la primera de Los Vengadores. En esta última se presentaba como el libertador de los habitantes de la Tierra. ¿De qué quería liberarlos? De la libertad.




"¡Arrodillaos ante mi! He dicho... ¡Arrodillaos! ¿Esto no os parece más sencillo, no es este vuestro estado natural?. Es la verdad tácita de la humanidad, que ansiáis la subyugación. El brillante señuelo de la libertad reduce vuestra alegría de vivir a una loca búsqueda de poder, de identidad. Fuisteis creados para ser gobernados. Al final siempre os arrodillaréis".

No es Loki el primero (ni el último) en intentar convencer a la población de que tiene un problema y le necesita. Quizás sí es el que más claramente expone contra qué se enfrenta: la libertad, ni más ni menos. ¿Demonizar la libertad? Parece imposible. Casi lo es. Pero se acerca bastante al paternalismo que predican por norma los dictadores, convenciendo al Pueblo de que dependen de él para salvarse. Hay muchos ejemplos más y menos recientes, pero en la propia escena vemos una clarísima referencia cuando alguien se levanta y responde:
- No ante hombres como tú
- No hay hombres como yo
- Siempre hay hombres como tú

Teniendo en cuenta que esta secuencia tiene lugar en Alemania, no parece difícil identificar el símil. Además, dado que quién se pone en pie y pronuncia estas palabras es un anciano, podemos entender que probablemente lo ha vivido en propia piel. Puede que este acto haya sido inspirado por August Landmesser, que se cruzó de brazos en el saludo a Hitler durante la visita del dictador a los astilleros de Hamburgo.


Aunque este alemán no tuvo tanta suerte como el de la película, no hubo Capitán América que le salvase de verse obligado a luchar por algo en lo que no creía.

¿Por qué Loki busca sembrar el terror para someter a la población? Puede se hubiese leído El Príncipe de Maquiavelo y pensaba que era mejor ser temido que amado. O quizás no. Quizás era su única opción (o así lo creía) pero no su deseo. Porque el asgardiano de adopción quería ser amado desde sus inicios. Recordemos que nació como gigante de hielo y que fue abandonado al final de la guerra entre Jotumheim y Asgard y rescatado por Odin, quien se apiadó de él... Aunque tenía otros intereses. El "Padre de Todos" consideró que criar a un gigante de hielo según los valores asgardianos le serviría en un futuro para alcanzar una paz duradera entre ambos reinos. Pero el bebé Loki vió en Odin alguien a quién querer y por agradarle cambió su forma, transformándose en asgardiano (entendemos así que el poder de transformarse en quién quiera es innato).





Este bebé crece como asgardiano y no recuerda sus orígenes hasta un incidente en Jotumheim en el que su piel se vuelve azulada al entrar en contacto con un gigante de hielo. Es entonces cuando pide explicaciones a Odín y descubre el por qué del trato preferencial a Thor: él no era el primogénito, era el único heredero. Loki entiende entonces que había vivido en una mentira, que su envidia a Thor estaba fundamentada porque no jugaban en igualdad de condiciones y que el padre cuya aprobación buscaba constantemente no solo no era su verdadero padre, sino que lo había acogido como puente entre ambos reinos, quizás incluso con ambiciones unificadoras, ya que en realidad era hijo de Laufey, el rey de Jotumheim. 
Pero el corazón tiene razones que la razón no entiende y en el fondo Loki sigue necesitando la aprobación de Odín y por eso engaña a Laufey para matarlo y se enfrenta (arrastrando a Thor, con quién ya tenía enormes problemas por aquel entonces) a los gigantes de hielo. Cuando el puente que une Asgard con los demás reinos se rompe por culpa de Thor y Odín acude a salvarlos, Loki solo dice "padre, lo he hecho por ti", buscando su aprecio una vez más. Pero su padre adoptivo le dice "no, Loki" y este se deja caer hacia el vacío, no solo físicamente (ya sabemos que sobrevive sin problemas), sino también emocionalmente. Nunca volverá a ser el mismo.  


Hiddleston describe la evolución de Loki a lo largo de las tres películas: Si en Thor resulta un príncipe destronado, en Los Vengadores es un psicópata encantador y en Thor: El mundo oscuro encarna al antihéroe.

Su fase de psicópata ha generado diversas teorías. Mucha gente afirma que realmente durante la película de Los Vengadores Loki no era tanto un villano como un emisario del verdadero enemigo supremo, Thanos. No solo esto, sino que defienden que estaba tan hipnotizado como lo están Ojo de Halcón y Selvig más adelante. Sus argumentos van desde la idea de que él nunca tuvo ningún interés en gobernar la Tierra (o Midgard como la llaman los asgardianos) hasta lecturas entre lineas de sus frases (por ejemplo, los símiles de la bota que aplasta a la hormiga), pasando por un análisis exhaustivo del color de sus ojos, ya que son verdes por definición pero parecen azules (como sucede a los que son hechizados por él mismo más adelante):



Según los defensores de esta teoría, Loki solo era un instrumento de Thanos para su demostración de fuerza hacia la Tierra y en ocasiones se da cuenta de lo que ha hecho y se muestra arrepentido. Todo esto se adereza con detalles acerca del "cetro" que porta y que parece aumentar su agresividad o se especula que realmente quería fracasar para volver a Asgard e infiltrarse para robar el Guantelete del Infinito.

Lo cierto es que sí hay cosas que no parecen encajar, como por qué Loki se deja atrapar por S.H.I.E.L.D y aparentemente descubre su presunto plan de utilizar a Hulk contra ellos, por ejemplo. Él es más listo que eso. También es verdad que las motivaciones del personaje nunca fueron conquistar y devastar la Tierra sino que su ira iba siempre dirigida hacia Thor y Odín. Pero no creo que haya que ir tan lejos necesariamente. Para manipular a Loki, un alma rota por los acontecimientos descritos en Thor, no hacían falta ni hipnosis ni magia. Una persona herida y con carencias se aferrará al poder, del tipo que sea. Se trata de una cuestión de transferencia: se le ofrece gobernar a una raza entera y él lo toma como compensación por no haber podido dominar su pequeño mundo. Detrás de cualquier regimen absolutista como el que él parecía pretender implantar (justificándose ante Thor afirmando que los humanos se destruían entre ellos y que si él los gobernaba la locura terminaría) hay una persona que se autolegitima por medio de la fuerza (bélica y / o psicológica) pero que en realidad ha perdido todo dominio de sí mismo y, por tanto, solo la represión y el terror le proporcionan la sensación de control.



Pero Loki no es un dictador, o, al menos, no pretendía serlo. Él quería ser algo muy distinto: un líder. Como Thor. Siempre le ha echado en cara que ha vivido a la sombra de su grandeza, era a él a quiénes todos alababan y sus hazañas las que se celebraban. El impetuoso y temerario Thor movía masas mientras que él, más reflexivo y cerebral, estaba siempre en un segundo plano. Lo que comenzó como una envidia y rivalidad casi normal entre hermanos se convirtió en odio visceral al saber que Thor no le había arrebatado lo que era suyo, ya que él no tenía nada.
Un dictador es un líder por la fuerza. No era lo que Loki quería, pero era lo único a lo que creía poder aspirar. Puede que ni siquiera eso, ya que, tal como el agente Coulson le dijo, ni él mismo confiaba en ganar la batalla. Siempre fue un perdedor ante sus propios ojos y cuando no hay manera de ganar, solo queda la opción de saltarse las normas. Así nace un antihéroe.  








lunes, 1 de septiembre de 2014

De poder y (super)poderes


Tendemos a considerar los cómics y películas de superhéroes como puro entretenimiento. Unos tíos que pueden volar o son muy fuertes o tienen algún accesorio mágico y salvan el mundo. Pero son algo más, son mitología moderna. Y todo mito está basado en la psicología humana de alguna forma aunque luego se le añada la capa fantástica. Los protagonistas de estas historias tienen un lado humano difícil de separar del “mágico”, ya que a la hora de tomar decisiones es el cerebro y no el superpoder el que elige. Esto pasa en la vida real cada día: la gente con poder (sin “súper”) tiene un peso específico sobre cómo gira el mundo: no se trata de salvarlo, sino de no destruírlo. Y sí, los ciudadanos dependen de muchos no-siempre-héroes. Como se dijo a Spiderman (que no será analizado en esta tanda), “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”... No es casual que esa frase estuviese incluida en el último discurso que dio Roosvelt antes de fallecer:

"Hoy hemos aprendido en la agonía de la guerra que un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Ya no podemos escapar de las consecuencias de la agresión alemana y japonesa del mismo modo que podríamos evitar las consecuencias de los ataques de los corsarios berberiscos un siglo y medio antes.

Nosotros, como estadounidenses, no elegimos negar nuestra responsabilidad."

Puede que necesitemos estos mitos modernos (comparados con los clásicos) para que no se nos olvide la lección.



NOTA: los personajes y acciones analizados son algunos de los de la saga cinematográfica de MARVEL; estos están, obviamente, muy fundamentados en los cómics pero aquí me centraré específicamente en los sucesos que se ven en las películas. Queda fuera de esta entrada el villano, Loki, el cual, por su complejidad, será descrito en la próxima.


Iron Man




No tengo madera de héroe, claramente. Tengo una larga lista de defectos y he cometido errores... muchos en público”

La historia de Tony Stark es la historia de una redención...parcial. El “genio, millonario, playboy y filántropo” (según su propia descripción) probó su propia medicina; fue una de sus armas la que le hirió en una emboscada cuando se hallaba en una misión en Afganistán demostrando cómo funcionaba su nuevo misil. Los fragmentos de metralla amenazaban con llegar a su corazón y fue necesario un electroimán construído por su compañero en el cautiverio para evitar su muerte. Sin embargo, lo que no nos mata nos hace más fuertes: lo que no mató a Stark lo hizo de hierro (en realidad de una aleación de oro y titanio pero el la imagen de “hombre de hierro” resultaba más evocativa, tal como él mismo expresaba, otorgándole una imagen de marca que vende mucho mediáticamente). La armadura fue construída para escapar del secuestro siendo la fuente de energía el electroimán que protegía su corazón. Una vez libre (aunque perdiendo a su compañero), Tony decide no seguir fabricando armas y poco a poco empieza a concienciarse de que con su “poder” puede proteger al mundo...de esas armas que él vendió. Estaríamos ante un caso típico de crear problemas para crear soluciones, pero involuntariamente. La redención pasa por salvar a los demás de las consecuencias de sus propios actos pasados, los cuales, no obstante, justifica escudándose en que el mundo precisa de material bélico (“cuando no sean necesarias haré ladrillos para hospitales”).
Su singularidad se basa en que en ningún momento niega los errores que ha cometido, ni siquiera oculta su identidad, algo muy peculiar ya que la mayoría de los súperhéroes lo hace. Sus declaraciones a los medios son algo excepcional y su forma de comunicar es directa y personal, lo cual lo diferencia de los héroes anónimos. Pero en su sinceridad y actitud abierta tienen gran peso el ego de Stark (que no querría de ninguna forma vivir en el anonimato), ese mismo que aparentemente le imposibilita para trabajar en equipo, por eso se le apartó en un principio de la “Iniciativa Vengadores”:


Sin embargo, como podemos ver en Los Vengadores, finalmente sí forma parte del grupo y, pese a problemas iniciales, demuestra que sí tiene capacidad de colaboración y puede ser una pieza importante en el equipo (aunque, tal como explica Robert Downey Jr., Tony disfruta más cuando él es el centro de atención). No obstante, seguirá cometiendo errores, a veces causados por su exceso de confianza y mantiene una relación compleja con su alter-ego, como si su yo público y su yo privado entrasen en conflicto al relacionarse con el mundo. Y en el punto en el que han dejado la historia, parece que Stark comienza una nueva etapa de aceptación: “Mi armadura no era un pasatiempo o una distracción. Era un capullo. Y ahora soy un hombre nuevo. Podrán arrebatarme mi casa, mis trucos y juguetes pero no me quitarán lo que soy. Yo soy Iron Man.”


Capitán América

Sé que estoy pidiendo mucho. Pero el precio de la libertad es alto. Siempre lo ha sido. Y es un precio que estoy dispuesto a pagar. Y si soy el único, entonces que así sea. Pero estoy dispuesto a apostar que no lo seré”



Un símbolo para la nación, un héroe para el mundo”. Steve Rogers es propaganda bélica y patriótica en estado puro. Pese a ser un soldado (literalmente creado a medida) que llevó a cambo operaciones contra los nazis en la Segunda Guerra Mundial, antes de ir a Europa había estado de “gira” por Estados Unidos como personalización de los valores americanos, a fin de fomentar la compra de bonos para financiar la guerra. Tras completar varias misiones el Capitán “duerme” durante setenta años tras haberse congelado en el mar al evitar la destrucción de Nueva York, lo cual eleva su fama a la categoría de mito (ya en su tiempo era una leyenda viva, imagen del patriotismo y la lucha de los valientes soldados americanos contra el mal encarnado por los nazis alemanes, los villanos perfectos). Tal como expresa su reclutador, el Coronel Phillips, "las guerras se disputan con armas, pero se ganan con hombres". En este caso nos encontramos con un hombre que encarna los valores americanos, resultando en realidad más útil como producto que como soldado.



En su segunda etapa, desarrollada en la actualidad, como explica el actor Chris Evans, Rogers se siente aislado, habiéndose encontrado con un mundo que no comprende, que ha perdido los valores con los que él creció y sabiendo que probablemente todos sus conocidos han fallecido o tienen más de ochenta años. No obstante, Estados Unidos le necesita, aunque él se vea como un arquetipo desfasado. El agente de SHIELD, Phil Coulson, le explica que en tiempo de guerra, la población necesita un modelo “anticuado”, haciéndose así una nueva llamada al patriotismo personalizado. La leyenda le precede, pero es cierto que Steve posee un sentido del deber y la justicia destacable, capacidad de liderazgo y espíritu de sacrificio (su génesis se basa en ello, ya que se sometió al experimento que le convirtió en Capitán América sin saber realmente cuáles serían sus efectos y consciente de que conllevaba riesgos), valores que se pretenden fomentar en los ciudadanos de ambas épocas, lo cual convierte a Rogers en el modelo a seguir, trasladándose así el mensaje de que todos pueden ser héroes si se comportan como tales.

Hulk

Pueden llamarte lo que quieran. Salvador. Destructor. Lo único que importa es lo que eliges”


Bruce Banner vive en una guerra constante consigo mismo. Debido a un accidente por radiacción gamma, solo hace falta una perturbación en su ánimo para convertirle en Hulk, un enorme monstruo verde de fuerza desmesurada capaz de destrozar una ciudad con un par de pisadas. Banner es consciente de que supone un peligro para la humanidad y trata constantemente de librarse de la parte monstruosa de su ser, aislándose en distintos lugares, tratando de eliminar el estrés, trabajando técnicas de relajación... Incluso en un momento de desesperación decide suicidarse, pero Hulk aparece y escupe la bala que Bruce se había disparado. No hay manera de librarse de él...de sí mismo.



Pero Hulk no solo habita en su cuerpo, sino también en su mente. Puede ser un enemigo...o su mejor arma. Es una cuestión de decisiones. Mark Ruffalo, que interpreta a Banner / Hulk en Los Vengadores, explica que el científico había decidido aislarse y no le gusta volver a la escena en un principio, pero resulta que al final el monstruo no es tan irracional; Banner aprende a controlarlo, a convertirse en él a voluntad y utilizar su fuerza para salvar al mundo y no para destruirlo. No obstante, esto requiere una voluntad y un temple que no todo el mundo posee. Como sabemos, el poder corrompe. Poder y fuerza prácticamente ilimitados pueden ser la perdición de una persona y del mundo que la rodea. El poder político es muy fácilmente relacionable (no hace falta ser un gigante verde para destruir la vida en una ciudad, de una forma metafórica), ser consciente de las posibilidades implica buscar un fin para ellas y sin autocontrol, todo el mundo es un monstruo en su campo. Mucha gente tiene el potencial de cambiar el mundo, es su decisión si mejorarlo o empeorarlo.


La Viuda Negra

Mis cuentas estan en rojo, y quiero saldar mi deuda”


La vida de Natasha Romanoff también es otra historia de redención. La espía y asesina soviética se convierte en el blanco de S.H.I.E.L.D., quiénes envían a Clint Barton (Ojo de Halcón) a matarla. Sin embargo, finalmente él le perdona la vida y Natasha comienza a trabajar para la organización.
Al igual que Stark y Hulk, ella pone sus habilidades (es experta en artes marciales y muy eficaz realizando interrogatorios) al servicio del bien con la intención de redimirse y pagar su “deuda” con Barton. No obstante, tal como señala Loki, eso será prácticamente imposible... La Viuda Negra tiene un gran historial de destrucción y, según Scarlett Johansson, una relación de amor-odio con prácticamente toda la gente a quién conoce. Pero ¿no es acaso posible lavar la imagen pública de alguien? Requiere tiempo y una gran cantidad de “buenas obras” que contrarresten los errores, pudiéndose acelerar el proceso conforme la magnitud de las acciones; salvar Nueva York de un ataque terrorista / extraterrestre ayuda bastante pero no todo el mundo puede hacer eso una mañana cualquiera... Una verdadera campaña para mejorar la percepción que se genera en la opinión pública necesitará mucha planificación y paciencia, pero por suerte no se suelen arriesgar vidas en ello.


Ojo de Halcón

¿Alguna vez te han robado el cerebro y han jugado con el?... ¿te han sacado a ti y han metido otra cosa?”


Clint Barton es un arquero entrenado en tácticas militares. No posee superpoderes pero es un gran tirador y un luchador muy ágil. Sin embargo, pese a su buen estado físico, es su mente la que le juega una mala pasada, ya que es hipnotizado por Loki y pasa un tiempo a su servicio, luchando contra su propia organización (S.H.I.E.L.D) y ayudando al villano en sus planes. Cuando Natasha lo “despierta”, dedica todas sus energias a reparar el daño causado y a derrotar a Loki y su ejército. Nos encontramos ante un nuevo caso de redención y compensación de daños, si bien Ojo de Halcón no cometió sus errores conscientemente, el daño fue real y debe ser neutralizado. El factor del arrepentimiento es muy grande en el caso de Barton (mayor que el de Tony Stark, por ejemplo, que parcialmente seguía justificando sus acciones) y su sentido del deber y la justicia le impide buscar excusas (su caso está más que justificado, tal como explica su intérprete, Jeremy Renner, barton estaba “vacío”, no era conciente de sí mismo en realidad): asume sus errores y procede a repararlos con todo su potencial sin derrochar energías en pretextos y evasivas.


Thor Odinson

No habrá un reino que proteger, si tienes miedo de actuar”



Thor es un dios y príncipe de Argard, el reino de Odín. Fue desterrado a la Tierra (Midgard) durante un tiempo para castigarle por su temeridad, ya que había resucitado una vieja guerra contra un reino vecino. Y es que toda su fuerza (y el poder de su martillo) los emplea en un principio para intentar ser un héroe de guerra como lo fuera su padre y habla constantemente de los monstruos que matará (los Gigantes de Hielo). Su atrevimiento le cuesta caro (cosa de la que se aprovecha silenciosamente su hermano adoptivo Loki, el cual es en realidad un Gigante de Hielo al que Odín rescató cuando era un bebé y criado como asgardiano). Pero el “niño petulante” como lo describe Chris Hemsworth, quién lo interpreta en toda la saga, acaba madurando. Thor aprende a ser humilde y a saber administrar su fuerza, a convertirse en un guerrero y protector y no basarse simplemente en la fuerza bruta. La historia real está llena de “héroes” que arriesgaron la vida de su población por hacer una demostración de poder por medio de la guerra. Thor es un reflejo del peligro de la ambición y la obsesión por mostrar superioridad (militarmente). Puede que las películas y los cómics sean ficción pero el alto precio de las imprudencias llevados a los extremos en forma de guerra como medio de declaración de superioridad es muy, muy real, desde el inicio de los tiempos y hasta nuestros días.


Queda claro que no es fácil ser héroe y que en la mayoría de los casos solo se llega a ello habiendo cometido errores; nadie exige que no haya equivocaciones (si se les perdonan a los superhéroes, ¿cómo se se le van a admitir a los mortales?), la cuestión es saber repararlos. Natasha Romanoff lo expresó claramente ante la amenaza de encarcelarlos: “nos necesitan. Sí, el mundo es un lugar vulnerable y sí, nosotros ayudamos a ello, pero también somos los más cualificados para defenderlo”. Y así es también en la vida real. No pedimos que alguien con una armadura o un escudo “mágico” nos salve, ni tememos que un monstruo verde arrase nuestra ciudad. Si los problemas son terrenales, las soluciones también lo serán, razón suficiente como para llevarlas a cabo y no destruir el mundo desde un despacho. El poder no trae la responsabilidad de regalo pero si bien este poder no es un derecho, el utilizarlo a favor de los ciudadanos sí es un deber. Y quién agarra este martillo debe ser digno de él.


jueves, 17 de julio de 2014

"Nuevos" héroes para no-tan-nueva sociedad (más vale tarde que nunca)


Hace varias semanas que vengo pensando en escribir un par de entradas sobre el discurso político a través de los súperhéroes (quizás una centrántome en los de Marvel y otra sobre los de DC Cómics) y todavía estoy preparándo ambas pero ante las noticias de esta semana, he decidio hacer un pequeño adelanto.
Como mucha gente sabe, la factoría Marvel ha anunciado el cambio de identidad de dos de sus personajes más icónicos: Thor pasará a ser una mujer y Steve Rogers deja su cargo de Capitán América a Sam Wilson, un afroamericano que hasta ahora desempeñaba el papel de Falcon, . El editor Tom Brevoort ha destacado que este cambio aportará características interesantes al la figura del Capitán, ya que, al contrario que Steve, Sam no nació en los años 30 sino que es un "hombre moderno en contacto con los problemas del siglo XXI".

La nueva Thor


Estos "nuevos" personajes son la respuesta que Marvel da (quizás un poco tarde) a todas las voces a favor de la igualdad que les recriminaban que la mayor parte de sus héroes fuesen hombres blancos y heterosexuales. Por el momento ya tenemos una nueva mujer en la plantilla (aunque en mi opinión sería preferible crear una heroína desde cero y no simplemente "versionar" a un personaje ya existente, como sucede con she-hulk) y un afroamericano defendiendo los valores de Estados Unidos como ya hiciera Rogers en la II Guerra Mundial, señal de que para la factoría el patriotismo vuelve a cobrar importancia y necesariedad, pero adaptándose a los no-tan-nuevos (esto llega un poco tarde, aunque mejor tarde que nunca) americanos.

Sam Wilson como Capitán América


En las próximas semanas analizaré más detalladamente el discurso político y social que transmiten los súperhéroes, desde el patriotismo al que acabo de aludir hasta la visión del comunismo ruso durante la guerra fría que se muestra a través de la Viuda Negra, pasando por las ideas sobre el significado de la libertad (o, más bien, la ausencia de ella) de Loki Laufeyson. Los personajes de Marvel y DC no solamente salvan el mundo (o lo destruyen), sino que también nos lo describen.

lunes, 14 de julio de 2014

Más lecciones políticas de Juego de Tronos


Hace un tiempo publiqué una entrada dedicada a las lecciones políticas y comunicativas de Juego de Tronos basado en las dos primeras temporadas. La tercera y la cuarta, sobre todo esta última, nos han dejado muchos ejemplos de que en Poniente y Essos habrá dragones, magia y visionarios en el sentido literal de la palabra, pero en cuanto a estrategia, muchos de sus habitantes podrían vivir en el mundo real y presentarse a elecciones si así lo quisieran. Aquí van unos cuantos ejemplos (SPOILERS incluidos, por supuesto):

La venganza es un plato que se sirve cuando suenan Las Lluvias de Castamere



En el penúltimo capítulo de la tercera temporada se produjo el mayor shock para aquellos que no habían leído los libros. Una boda que hizo que las bodas dothraki (si en una no hay al menos tres muertes se considera aburrida) pareciesen organizadas por Disney. Walder Frey no dejó títere con cabeza (en uno de los casos literalmente) a la hora de vengarse de Robb Stark, llevándose por delante también a su esposa, su hijo nonato, su madre y su huargo. Una venganza aparentemente desmedida para la ofensa cometida (la ruptura del compromiso de Robb con una de sus hijas) y violando las leyes de la hospitalidad (comer “el pan y la sal” en casa de alguien prohíbe al anfitrión alzar armas contra los invitados). Pero Frey pensó que todo valía en el amor y la guerra, y si por amor el joven Lobo había obviado su acuerdo, por unos buenos aliados en la guerra Frey se llevó por delante a media familia Stark sin pestañear.

El peor enemigo es el que nadie teme



Pese a que los espectadores y lectores conocemos sobradamente la naturaleza del Maquiavelo de Poniente, demasiada gente a su arlededor confía en él. Meñique busca aliados que persiguen sus mismos fines, creando alianzas temporales en las que él solamente “sugiere”, jamás ejecuta nada y sus manos siguen limpias... Su papel en el asesinato de Joffrey ha sido decisivo pero nadie en Desembarco se plantea su implicación, ni siquiera desconfían del hecho de su desaparición repentina con Sansa (que la chica no pudo irse por sí sola, si ella tuviese iniciativa haría mucho tiempo que hubiese abandonado la capital, ese sueño que se le convirtió en pesadilla). Su as en la manga es la fe ciega que ciertas personas depositan en él: Lysa por su amor incondicional, el cual le llevó a asesinar a su marido sin dudarlo y que sin embargo le acabó costando una salida sin retorno por la Puerta de la Luna a manos de su idolatrado Lord Baelish, y Sansa, cuyos motivos para confiar en él no son demasiado firmes pero que le han hecho comenzar a mentir por su propio beneficio. ¿Estará Meñique creando una nueva estratega para el Juego de Tronos? No lo veo claro pero el tiempo lo dirá...

Todo por la patria



Tras infiltrarse entre los salvajes y aprender muchas cosas (ahora Jon Snow sí sabe algo) que iban más allá de las estipuladas en su misión como agente doble, Jon vuelve al Muro y se prepara para la batalla, la cual no le costó la vida pero si el corazón. Su estrategia hubiese salido bien si no se hubiese enamorado pero ¿quién iba a prever eso? El Pueblo Libre lo es en muchos sentidos y como parte de él, temporalmente se liberó de sus votos... Pero esos votos estaban ahí para algo e incumplirlos trajo sus consecuencias. En cualquier caso, a la hora de la contienda Jon no dudó en dejarse de sentimentalismos (ya vendrían después) y gritar órdenes a diestro y siniestro, sin discursos motivacionales, no había tiempo, lo urgente no dejaba tiempo para lo importante. Por el momento esa batalla está ganada, pero quedan muchas más, y si bien Jon demostró ser un buen guerrero, sus tácticas persuasivas a la hora de negociar con Mance dejaron mucho, pero que mucho mucho que desear. Si no fuese por Stannis, Jon estaría de nuevo en la cueva con su chica besada por el fuego.

Lugar adecuado, momento justo...y un poco de magia



Puede que sea uno de los personajes menos carismáticos de la saga (por mucho que Davos se erija como consultor y director de campaña tanto a la hora de negociar un préstamo con el Banco de Braavos como en la presentación de su candidatura al trono ante los salvajes y la Guardia de noche) pero el único Baratheon legítimo superviviente ha burlado a la muerte en varias ocasiones sin demasiado esfuerzo y se las ha apañado para aparecer en los momentos justos allá dónde hacía falta. Pero Stannis, si quieres aspirar al Trono, deberías empezar a utilizar más la empatía. Puede que Melisandre pueda prepararte un cóctel que la incluya, que no siempre habrá un humo negro que actúe por ti. Y cúbrete un poco las espaldas, que puede que la Sacerdotisa Roja le haya echado el ojo a otro Azor Azai...

Todo por la familia



La agradable abuelita llegada a Desembarco para la boda de su nieta resulta tener más en común con Tywin Lannister de lo que parecía. Importa el poder, pero también la familia. Casemos a Margaery con un aspirante a rey (Renly). ¿Que lo matan? Bueno, vamos a por el rey residente y no nos arriesgamos... Pero parece demasiado agresivo, “un monstruo”, en palabras de Sansa... Pero Margaery tiene que ser reina... Pues nos cargamos al rey, muy discretamente todo, a nadie le llamaría la atención que alguien lleve un collar / redecilla (dependiendo de si vemos la versión de la serie o la de los libros) a una boda real. Con Sansa como portadora involuntaria e inocente, sobre todo inocente, de un veneno bien escogido, solo hace falta una distracción (una empanada mismamente) y unos segundos para cometer el crimen perfecto (que no es aquel que no se resuelve, sino el que se resuelve con un falso culpable, y allí había alguien cuyo odio estaba siendo conquistado por Joffrey a pasos agigantados, con todo tipo de provocaciones y burlas... ¿Cómo podría no asesinarlo?). Ahora hay un rey más manso (ym por supuesto, manipulable), Margaery tendrá su corona, los Tyrell su poder y aquí no ha pasado nada.

La información es poder



Esta lección ya la había incluído en la anterior entrada sobre el tema, pero es que es tan importante que la repetiré las veces que sean. En el Juego de Tronos es más importante quién sabe más y cómo emplea esos conocimientos que cuántas batallas se ganen. Excepto si hablamos de La Montaña, claro, En este caso ya puedes ser el Gran Hermano y saber absolutamente todo de todo habitante de Poniente, que el mayor de los Clegane hará que tu cerebro olvide toda esa información de la peor forma posible (para muestra, su delicadísima manera de borrarle a Oberyn el recuerdo de su hermana). En el caso de Varys, por mucho que haya dicho a Tyrion que ojalá no recordase todo lo que recuerda, saber qué, quién, cómo, dónde y cuándo le ha llevado por un camino cuyo destino aún no conocemos... ¿Por quién lucha Varys? ¿Nos creemos que “por el Reino”, como él ha afirmado? Ahora parece que se aleja del Reino... ¿Qué objeto tendrán esas vacaciones? Porque está claro que no salvó a Tyrion de una muerte segura arriesgándose (cosa que al Consejero de los Rumores no le gusta demasiado hacer) por pura simpatía... El fin justifica los medios pero en este caso aún no sabemos muy bien cuál será ese fin...

Me llamo Íñigo Monto...estoooo Oberyn Martell, tú mataste a mi hermana, prepárate a morir



Érase una vez un hombre con un propósito muy claro: vengar la muerte de su hermana y sus sobrinos. Para ello solo tenía que llevar a cabo una sencilla misión: matar a la mano ejecutora (una mole que asusta al miedo) y a quién dió la orden (uno de los hombres más poderosos de los Siete Reinos que parece poco dispuesto a reconocer su participación). No sabemos cuáles eran las directrices del plan original de Oberyn (aunque tenga alguna teoría descabellada en uno de los casos), qué hubiese hecho si no hubiese habido un regicidio, un acusado que reclama un juicio por combate y la posibilidad de ser su campeón. Oberyn no había podido prever eso, pero esas fueron las circunstancias y el dorniense las aprovechó. Sabiendo que se enfrentaba a un imposible en cuanto a fuerza, hizo honor a su apodo, la Víbora Roja, y empleó sus conocimientos sobre venenos para derrotar a la bestia, cosa que logró aunque un exceso de autoconfianza y, sobre todo, una furia ciega clamando venganza, le hizo perder un tiempo muy valioso, tanto por no elegir un veneno de efecto inmediato, ya que su objetivo principal no era matarlo sino sacarle una confesión, como por pasearse a su alrededor sin armadura instándole a que dijese el nombre de su hermana. Oberyn... ¿Es que no sabes que los malos siempre se levantan en el último momento para dar un golpe de gracia?


Cuando las palabras no lleguen... Reclama un jucio por combate



Tyrion Lannister siempre ha sido uno de los personajes favoritos del público, pero esta temporada disparó todos los niveles, en especial con su discurso en el juicio por un asesinato que él no había cometido (tal como él dice, si lo hubiese hecho, esperaría haberlo planeado mejor y no acabar plantado delante de todo el mundo con cara de tonto viendo cómo muere). Él, que había dado a Jon uno de los consejos más sabios de toda la saga (“Permite que te dé un consejo, bastardo. Nunca olvides qué eres, porque desde luego el mundo no lo va a olvidar. Conviértelo en tu mejor arma, así nunca será tu punto débil. Úsalo como armadura y nadie podrá utilizarlo para herirte”) toma plena consciencia de que precisamente ser quién y cómo es ha sido lo que le ha llevado a dónde está y antes de que lo sigan empleando contra él, se levanta y y lo utiliza como escudo... A niveles prácticos solo sirvió como introducción y envoltorio para su reclamación de un juicio por combate pero su declaración hizo retumbar las paredes del Salón del Trono y puede que las conciencias de alguno de los asistentes. Lo que es seguro es que se ganó la admiración de muchos más lectores y espectadores y puede que incluso un Emmy.



Nuevamente queda claro que Juego de Tronos es mucho más que dragones, espadas y caminantes blancos. Veremos qué nuevos discursos, estrategias y juegos de poder nos deparan las próximas entregas. Game on.