jueves, 16 de diciembre de 2010

Nobody should love the way you lie



Hace tiempo que me ronda esta cancion por la mente y pensé que estaría bien dedicarle un post. La letra es toda una justificación, pero no maquiavélica sino pasional.
Dejando de lado la polémica que rodea a Eminem y Rihanna acerca de si es o no una apología del maltrato (dicho sea de paso, aquí está perfectamente aplicado el concepto de "que hablen de mi aunque sea mal", de momento les ha salido tan rentable que han lanzado la segunda parte), podemos ver estas palabras como un doble discurso y una reacción ante hechos, temas completamente aplicables a la vida pública (y evidentemente política)

Por una parte tenemos al político (o empresario, o portavoz...tomaremos como ejemplo al político, pero es aplicable a campos de apariciones publicas...y privadas, pero ese ya es otro tema) que presuntamente se disculpa ante su público, al que ha fallado, rompiendo sus promesas:
"You swore you’d never hit ‘em. Never do nothing to hurt ‘em" ("Juraste que nunca le golpearías, nunca harías nada para herirle")

Sin embargo esta no es una disculpa al uso, sino una justificación. Y es que el receptor tiene parte de culpa, o eso se dice:
"I know we said things, did things that we did't mean, and we fell back into the same patterns, same routine. But your temper is just as bad as mine is, you're the same as me" ("Sé que hemos dicho y hecho cosas que no queríamos y hemos vuelto a caer en los mismos patrones, la misma rutina. Pero tu carácter es el mismo que el mío, tú eres igual que yo").

¿Somos lo que votamos? Eso parece... Esta justificación viene significando eso, "tú me has escogido porque eres como yo". Quitando la escasa validez del argumento, es cierto que en política, como en las relaciones, escogemos personas en quienes nos vemos reflejados (tanto en cuanto a lo que somos como a lo que aspiramos ser, pasando por las facetas bloqueadas de nuestro carácter). Sabemos que el porcentaje de voto emocional puede ser más o menos elevado, pero está claro que esas emociones son respuestas a apelaciones a temas personales con los que el votante se siente identificado, ¿por qué no va a entenderlo en cuanto a su propia manera de ser?

La impasividad del "votante" ante la injusticia parece confirmar ese "tengo lo que merezco">:
"Well, that’s alright because I like the way it hurts | you lie " ("Bueno, esta bien porque me gusta la forma en que duele | en que mientes")

Parece una expresión del votante emocional fijo a un partido (sí, emocional, porque un votante fijo inamovible debe tener necesariamente algún vínculo emocional, ya sea familiar, por identificación, etc. hacia el partido al que vota, porque de lo contrario, al igual que la realidad cambia, puede variar el voto, con lo que este sé sería racional). Da igual el daño que le haga, seguirá votándole y confiando, al igual que el hincha de un equipo le apoya temporada tras temporada, aunque este pierda. Al principio trata de hacerse fuerte (promesa interna de voto de castigo): "So they say it’s best to go your seperate ways" ("así que dicen que lo mejor es tomar caminos separados") pero finalmente acaba cayendo una y otra vez: "All I know is I love you too much to walk away though" ("todo lo que sé es que te quiero demasiado para irme") y de nuevo se vuelve a empezar... Una nueva oportunidad... ¿Servirá de algo?

Y es que a veces los sentimientos políticos pueden ser tan ciegos como los del amor...

viernes, 5 de noviembre de 2010

Legen...wait for it...dary

Si algo caracteriza a Barney Stinson (personaje de Cómo conocí a vuestra madre, interpretado por Neil Patrick Harris) es una abrumadora seguridad en sí mismo... O al menos eso parece. Pero la verdad es que, cuando de comunicación se trata, lo importante es la cara que enseñas al mundo. Barney lo tiene claro: "soy sublime" es su eslogan y se encarga de demostrarlo en cada palabra que dice. Esto le resulta especialmente útil a la hora de ligar, pero su afán persuasivo puede tener otras utilidades...




Lo primero que el personaje tiene claro es que él es un regalo para quien quiera contratarle. Sin llegar a semejantes extremos, claro, un buen comunicador debe ser consciente en todo momento de su valía, debe estar seguro de que sus palabras son importantes y necesarias en ese preciso instante: lugar adecuado, momento adecuado.
Otra exageración es el hecho de autoentrevistarse, pero de ahí también podemos extraer algo útil: es importante meternos en la mente del receptor, anticipar sus posibles preguntas y responderlas en nuestro discurso (siempre se puede guardar un as en la manga, pero las preguntas inesperadas siempre llegan, mejor haber cubierto las esperadas al menos). ¿Qué es lo que les gustaría escuchar? ¿Qué quieren saber y qué podemos contarle acerca de ello? Estas preguntas son casi el equivalente discursivo a las 5W (Where, When, Who, Why, Where) del periodismo. El discurso perfecto es persuasivo, sí, pero también debe ser útil, y la comunicación útil implica invariablemente transmitir información.
Al contrario que Barney, es mejor que no inventemos nuestras propias palabras en una compareciencia pública. Utilizar términos como "visiatividad" solo servirá para rebajar nuestro mensaje a la categoría de anecdótico, con lo que se pierde la esencia en favor de la forma, y esto no nos beneficiará en absoluto, a no ser que nuestro objetivo sea ser protagonistas de los programas de humor de todas las cadenas de televisión y protagonizar algunos de los vídeos más vistos en youtube. Sin embargo, hay una lección en todo esto, y es que las palabras clave sí son importantes, y mucho, por lo que la manera de pronunciarlas debe ser la misma que le de Barney: claras, precedidas y seguidas por una pequeña pausa para "enmarcarlas" y deben ser lo más importante de la frase (por eso las oraciones deben de ser sencillas), para que resuenen en la mente del espectador como pequeños esloganes.

En definitiva, debemos transmitir al espectador la importancia de escucharnos, pero no por nosotros mismos, sino por el mensaje. Asimismo, nunca viene mal atraerles con un formato innovador (aunque la canción final es excesiva en cualquier currículum a no ser que nos presentemos a Operación Triunfo), ante la saturación de mensajes a los que está expuesto el receptos (como la cantidad de CV que recibe una empresa), el elemento distinto será el que destaque, colocandolo en una buena parrilla de salida en su carrera hacia el triunfo: la comunicación eficaz.
Y por supuesto, no olvidemos que en comunicación nada...y todo es...posimposible.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Life is a speech


-         Problemas. Pretenden que dé un discurso en el banquete. No sé dar discursos

-         Tú das discursos todo el tiempo

 

Este fragmento de conversación pertence a un episodio de la serie The Big Bang Theory, pero podría haberse extraído de cualquier situación cotidiana.

Cada día hacemos miles de dicursos. No somos conscientes de ello porque para darlos no nos situamos ante un atril ni tenemos frente a nosotros las aulas de un aula magna atestadas de gente, pero no nos quitemos méritos. Nos pasamos la vida hacienda discursos improvisados, empleando las más diversas técnicas de persuasión, analizando a nuestros interlocutores, tratando de prever sus reacciones para de esta forma actuar en consecuencia. Y todo esto sin darnos cuenta.

Mira a dónde quieras, allá habrá pinceladas de un discurso. En el cine, en la musica, hasta en los post de twitter. Miles de formas de comunicar, un único objetivo: decir lo que pretendemos de la manera más eficaz possible para conseguir lo que pretendemos con nuestras palabras.

Porque, aunque lo que se dice es importante, tambien lo es cómo se dice. Imagina uno de los manjares más caros y, quizás por eso, más valorados tradicionalmente: el caviar. ¿Te lo comerías en un bocata? No, ¿verdad?

 

En este blog se va analizar ese caviar, pero también el pan del bocadillo. Y la localización. Ese caviar no solo se encuentra en restaurantes de lujo. Los discursos no siempre están en el escenario de un mítin. Sí, haberlos haylos, pero hay muchos más. Empieza el viaje de estudios, el análisis de los discursos de cada día. Pongamos atención, en cada frase hay algo más que palabras, no todo es “bla bla bla”.