martes, 13 de diciembre de 2011

Martes y...13 modelos de comunicador que no has visto tras un atril

Para aprender a comunicar no debemos fijarnos solamente en los portavoces al uso y los debates, sino que podemos encontrar diferentes ejemplos (buenos y malos) en cosas más cotidianas a las que muchas veces no prestamos atención en términos de comunicación. Un foco paradójicamente desatendido es el mundo audiovisual de series y cine. Vemos series y películas para "desconectar" del mundo real y esto a veces hace que nos perdamos verdaderas lecciones de comunicación. Repasemos alguno de los tipos de comunicador que podemos encontrar en nuestras pantallas.

1. Jack Sparrow: La importancia de creer en nuestro mensaje



Loco, excéntrico, psicótico, pasional... Miles de adjetivos pueden describir al principal protagonista de Piratas del Caribe. Pero desde luego, si una definición se adapta a la perfección al personaje interpretado por Johnny Deep es "convencido de sus ideales, por absurdos que sean". Habitualmente vemos a distintos portavoces (políticos, económicos, sociales) leer sus mensajes o decirlos como si fuesen un papel aprendido. Si tú no estás convencido, no convencerás a nadie. El Capitán Sparrow acostumbra a exponer sus ideas como si fuesen una verdad universal y su confianza en el mensaje ayuda a llevar a los demás a su terreno, aunque sea una locura.




2. Barney Stinson: Storyteller



Casi cualquier supuesto que surja en Cómo conocí a vuestra madre tiene una norma en el "Código de colegas" creado por Barney Stinson. Y prácticamente todo se puede explicar con una historia, cuya moraleja suele ser inexistente o quedar difusa, ya que muchas veces el personaje de Neil Patrick Harris se pierde en su propia narración o es interrumpido por sus amigos. No obstante, en la versión original suele terminar sus relatos con la coletilla "true story", que justo a otras frases como "legen...dary" o "challenge accepted" han pasado al vocabulario colectivo. Enganchar con las historias e introducir lemas para el recuerdo... ¿No son estas dos de las principales claves en la elaboración de los discursos?



3. Carrie Bradshaw: La pregunta



La columnista interpretada por Sarah Jessica Parker en Sexo en Nueva York se distingue por sobreanalizar las cosas. Encontramos aquí un tipo diferente de storytelling, ya que nos presenta algo que le ha sucedido, se plantea una pregunta y el resto del capítulo centra la trama principal en darle respuesta. Si bien a veces satura al espectador con demasiados pensamientos por minuto para una sola cosa, con cuantiosos cambios de opinión incluídos, nos presenta la misma situación desde diferentes perspectivas (con los consejos de sus amigas y sus propias historias, por ejemplo) y el hecho de plantear una pregunta (más o menos retórica) al inicio de una intervención es una buena táctica para atraer al espectador.



4. Yoda: Impartiendo sabiduría


El maestro Jedi más famoso de la saga de Star Wars es la voz de la experiencia. Él mismo es un guardián y eso le ayuda a meditar todas las opciones posibles antes de tomar decisiones o aconsejar a alguien. Esto sienta las bases de un buen mensaje: quién lo vive lo sabe. Ponerse en la piel del otro es una labor que nos ayudará a comunicar mejor y esta empatía será percibida muy positivamente por el receptor, lo que supone un primer paso muy importante en cuestiones de persuasión. 



5. Lisa Simpson: La niña que sabía demasiado


Solemos decir que la edad no es lo más importante a la hora de comunicar, pero sí tiene su peso. Lisa Simpson tiene ocho años y habla con un lenguaje que ni siquiera con cincuenta sería comprensible para el público (me refiero al público dentro de la historia, la mayoría los habitantes de Springfield y en especial su familia, no a los espectadores), por esto resulta impopular y cargante para la mayoría de personajes. Hablar a nuestro target como si estuviésemos por encima del bien y del mal es claramente negativo: por mucha inteligencia que demostremos, la condescendencia que transmitimos juega en nuestra contra sí o sí. 



6. William Wallace: La lucha por un ideal


Mel Gibson interpreta al rebelde escocés que lideró la revuelta contra los ingleses. Sus dotes de persuasión se basan en una combinación de oratoria y acción. Su objetivo es movilizar a las masas y para ello debe dar ejemplo. Destaca el uso de "grandes palabras" como libertad, vivir u oportunidad, que son fundamentales a la hora de emocionar a un público que está pasando un mal momento. Wallace, al igual que Jack Sparrow pero de un modo muy diferente, estaba convencido de sus ideales y se mostró completamente dispuesto a defenderlos; es esa fuerza la que hace que movilice a sus compatriotas y hagan frente a las injusticias que contra ellos se cometían. En casos que requieren movilizaciones sociales, la pasión (real) debe de estar presente en el mensaje, tanto en su contenido como en su forma.




7. Jorge VI: Superando el miedo escénico


En este caso sí hablamos de un portavoz "real" (en los dos sentidos de la palabra). En El discurso del Rey Colin Firth interpreta a un heredero por sorpresa (tras el fallecimiento de su padre y la abdicación de su hermano) con problemas de dicción que no se atreve a hablar a sus súbditos, que le necesitan más que nunca (la película se sitúa en víseperas de la Segunda Guerra Mundial). Con la ayuda de un terapeuta y la utilización de métodos poco ortodoxos consigue enfrentarse a su miedo escénico y dar un discurso por radio ganándose la confianza de sus súbditos (espero no haber spoileado a nadie). La lección que aquí nos enseña Jorge VI es que un buen media training puede ayudarnos no solo a comenzar, sino también a mejorar las apitudes que ya se tienen (evidentemente en la película todo se reduce a un par de horas de metraje, unas semanas en tiempo de la historia, pero estas cosas llevan mucho más tiempo, el propio Rey habría continuado su entrenamiento, consiguió el primer paso, atreverse, pero el camino es largo). 
(No consigo poner el vídeo directamente, problemas técnicos de esos que nunca faltan, aquí teneis el enlace)

7. Vito Corleone: La negociación


¿Cuánta seguridad en nuestro mensaje hace falta para decir "le haré una oferta que no podrá rechazar"? El Padrino es, pese a sus métodos, un ejemplo de negociación planificada. La seguridad, el tono inalterable, los silencios y el hieratismo de sus gestos dejan al receptor (y a los espectadores) desconcertados. No es buena idea aprender comunicación de la mafia, pero esa seguridad en el discurso es la lección que nos deja el personaje interpretado por Marlon Brando es un buen aliado en cuestiones de persuasión.





8, 9, 10, 11, 12 y 13. Friends: Identificación obligatoria


El estilo directo (aunque inocente en el fondo) de Joey, los titubeos de Ross, los estallidos emocionales de Rachel, los detalles estrafalarios de Phoebe, la firmeza de Mónica, los chistes de Chandler... Todos con sus errores y aciertos son modelos comunicativos con los que el público se siente identificado en mayor o menor medida. Hay algo de cada uno de los seis en nosotros. La serie que marcó una época no pasa de moda porque sus frases inolvidables (como el "¿cómo va eso?" de Joey) y sus situaciones verosímiles en muchos de los casos (que no en todos, no es que sea muy normal ser madre de alquiler de trillizos para tu hermanastro) hacen que el público se identifique y ¿acaso no es esta identificación un objetivo deseado en nuestros mensajes? Si nuestros espectadores se sienten parte de lo que dices, lo estás haciendo bien.




Trece ejemplos pero podrían ser muchos más. Cuando escuches "bazzinga", "Mariscos Recio, el mar al mejor precio" o "El Luisma es tonto ¿no? El Luisma se ha metido de todo y se ha quedado tonto" pregúntate qué diferencias en cuanto a impacto en el público hay con "Yes we can".

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